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Reflexiones sobre el Adhan y su significado (Parte 2 de 5)

Reflexiones sobre el Adhan y su significado (Parte 2 de 5)

 Lo que se pronuncia al escuchar el Adhan es una prueba de su entendimiento

Una de las señales que indican que el Adhan no tiene como objetivo único el convocar a los musulmanes a la oración, es lo que se dice cuando se escucha este llamado. El Islam insta al musulmán a que repita lo mismo que escucha del muecín y lo motiva prometiéndole como recompensa por este acto el Paraíso, tal como fue registrado por Muslim en el Hadiz. Esto es importantísimo, pues es una doble oportunidad que se le da a la persona de entender y reflexionar sobre las maravillosas palabras de este llamado: la primera cuando escucha a quien lo pronuncia, y la segunda al repetir lo mismo que este dice. Es sabido que cuando en el Islam se pide que se escuche algo en especial, se lo hace con el objetivo de que se reflexione y sea atendido con el corazón.

El que se deba repetir cuidadosamente lo que está diciendo el que hace el Adhan, sin adelantársele o retrasarse demasiado, fundamenta la idea de que el llamado a la oración encierra grandes significados que se pretende recordarles a todas las personas cada vez que se entona.

Una vez se termina de escuchar y repetir el Adhan, la Sunnah nos enseña que cada quien realice la siguiente súplica: “Al-lahumma Rabba hadhihi ad-da’wati-tamma was-salatil qa’ima, ati Muhammad Al Wasila wal Fadila wab’azu maqamam Mahmudan al-ladhi wa’attahu (¡Oh, Al-lah! Señor de este llamado perfecto, y esta oración establecida, concede a Muhammad Al-Wasila (una estación del Paraíso) Wal-Fadila (rango por encima del resto de la Creación) como se lo prometiste)”. ‘Abdul-lah ibn ‘Amru, que Al-lah esté complacido con él, relató que escuchó al Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, decir: ~“Cuando escuchen el Adhan repitan lo mismo que dice el muecín. Luego, cuando acabe, pidan bendiciones para mí, pues quien lo hace recibirá diez bendiciones como recompensa. Después, supliquen que se me conceda Al Wasila, que es una parte del Paraíso que solo será dada a un siervo de todos los siervos de Al-lah, y yo espero ser ese siervo. Quien pide para mí esto, le será permitida mi intercesión”~~ [Muslim]. Así que si el creyente responde este llamado, yendo a la mezquita y cumpliendo con la oración como se debe, logrará el éxito en esta y la Otra Vida.

El Adhan es un resumen completo del mensaje del Islam y su llamado. Esto porque está compuesto por las dos Shahadas (declaración de fe). Como sabemos, el Islam se asienta sobre dos grandes fundamentos: el primero de ellos es el principio de que nada ni nadie merece adoración sino Al-lah, es decir: Ash-hadu an la ilaha il-la Al-lah. Y el segundo es que Al-lah debe ser adorado de la forma en que fue transmitida por el Mensajero de Al-lah, Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, lo que contempla la frase: Ash-hadu anna Muhammad Rasulul-lah. Por eso es que las dos Shahadas son el primer pilar práctico del Islam.

Así como en el Adhan se pronuncia “Ash-hadu an la ilaha il-la Al-lah” y “Ash-hadu Anna Muhammad Rasulul-lah”, también se dice: Haya ‘alas-sala, haya ‘alal falah (vengan a la oración, vengan al éxito). La oración es una forma práctica de aplicar las dos Shahadas. Mientras ora, el musulmán repite más de una vez: Iyaka na’budu wa iyaka nasta’in (solo a Ti adoramos y solo de Ti imploramos ayuda), esta parte conforma lo que encierra “Ash-hadu an la ilaha il-la Al-lah”; y “Ihdina siratal mustaquim” (guíanos por el sendero recto) expresa lo que señala “Ash-hadu anna Muhammad Rasulul-lah”.

Ash-hadu an la ilaha il-la Al-lah y Ash-hadu anna Muhammad Rasulul-lah:

En el Islam, una persona es considerada musulmana o no musulmana con el hecho de aceptar y pronunciar esta frase o no. Para que una frase marque esta diferencia tan “radical”, la creencia o la negación de la fe, debe ser porque sus palabras son el compendio y la síntesis de todo lo que es el Islam en sí. Además, no debemos olvidar que la divulgación del Islam inició con la invitación a decir “La ilaha il-la Al-lah” y la promesa de éxito para quien la respondiera. Lo anterior nos da la base para afirmar que las dos Shahadas tienen un significado más amplio del que muchos creen, y que de la conciencia y el entendimiento que de ellas se tenga, sumado a la puesta en práctica, depende la felicidad y el éxito de la persona en esta vida y la del más allá.

Ahora nos asaltan dos cuestiones principales:

1. ¿Qué entendía la gente al escuchar estas palabras y este llamado?

2. ¿El rechazo de muchos a esta invitación era a la simple pronunciación de las dos Shahadas o a la responsabilidad que implica su conocimiento y aplicación?

Aquellos que aceptaron el llamado y pronunciaron la declaración de fe islámica, sabían que al hacerlo estaban dirigiéndose a un cambio total y a una revolución en sus vidas, que estaban dejando atrás la Yahilia (como se conoce la época preislámica, llamada también la era de la ignorancia), sus principios, ritos y costumbres, y que estaban entrado al mundo del Islam. Esto porque las personas a las que era dirigido este llamado entendían que eran más que palabras que se pronunciaban, ellas entendían, no solo la parte idiomática, sino que además, comprendían el fondo de este compromiso y lo que él implicaba.

Hoy en día nos encontramos con un problema grave que afecta la misma creencia de muchos musulmanes, este es el hecho de que ellos escuchen y repitan las dos Shahadas pero no tienen la mínima conciencia de su significado o parte del mismo, esto es lo que ha llevado a que haya un mal entendimiento de la misma religión y a que la nación islámica esté cada vez más dividida. Al haberse alejado la gente del Corán y de la Sunnah, se los ve repitiendo como loros el Adhan y el segundo llamado una y otra vez, pero lamentablemente, sus corazones y entendimiento no están siguiendo lo que entra por sus oídos y sale por sus lenguas.

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