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La forma correcta de suplicar a tu Señor

La forma correcta de suplicar a tu Seٌor

 

Una persona debe arrepentirse de aquellos pecados que comete y que afectan su relación con Al-lah, el Todopoderoso, y liberarse a sí mismo de las malas acciones que realizó y afectaron su relación con la gente, para así obtener el perdón de Al-lah, Alabado y Glorificado sea, durante Ramadán. Sin duda, aquellos pecados y malas acciones niegan la aceptación de las súplicas por parte de Al-lah, el Altísimo. A la vez, las malas acciones entre una persona y otra hacen que el ruego fracase. Esto es lo que el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, aclaró en referencia al hombre que levantaba sus manos hacia el cielo y se embarcaba en largos viajes, diciendo: “Él está descuidado y cubierto de polvo, levantando sus manos al cielo diciendo: ‘¡Oh Señor! ¡Oh Señor!’, mientras su comida y bebida son de fuentes ilegales, y se ha nutrido con lo ilegal. Entonces, ¿cómo puede recibir respuesta su súplica?” [Muslim]

Aquí, el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, señaló algunos obstáculos que dificultan la respuesta a la súplica, es decir, la comida, bebida y el sustento provenientes de fuentes ilegales, en referencia a todos los demás pecados y malas acciones. En otras palabras, todos los demás pecados y malas acciones también afectan el que la súplica llegue a su Señor, el Altísimo.

Para que su súplica sea aceptada, un creyente debe pedirle a Al-lah, Glorificado sea, con insistencia, y exaltarlo con las más hermosas palabras. El creyente debe buscar acercarse a Al-lah, el Todopoderoso, suplicando y pidiéndole persistentemente, repitiendo su invocación tal como el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, solía repetir la súplica, tres veces.

La súplica insistente es muy importante. Si Al-lah, el Omnipotente, ve a Su siervo implorándole, en un estado de tristeza y dolor, suplicándole con un corazón atento y triste, sometido a Al-lah, el Todopoderoso, humillado ante Él y con lágrimas en los ojos, es lo más probable que dirá (a Sus ángeles): “Denle (lo que pide)”, como dijo en el hadiz Qudsi (narración sagrada): “¿Hay alguien con una demanda para darle (lo que pide)?” [Bujari y Muslim]

Un suplicante debe decir: “¡Oh, Señor! Tú eres el Generoso, el Perdonador, el Compasivo, el Misericordioso, el Dador (de favores), el Espléndido y el Hacedor del bien. No tenemos a otro señor sino a Ti, y no tenemos más refugio ni vía de salvación sino en Ti. Estamos sometiendo nuestras mentiras y nuestros pecados ante Ti. Te suplicamos con la súplica del pobre y el necesitado, y Te imploramos con sumisión y humildad”.

Debe también alabar a su Señor: “¿Dónde podemos ir? No hay refugio ni vía de escape. ¿Cerca de quién estamos? ¿A quién debemos implorar? ¿Hacia quién debemos elevar nuestras manos? ¿A quién debemos llorar, someternos, buscar y esforzarnos?

Un creyente debe suplicarle a Él con esperanza y temor, tal como Al-lah Mismo nos instruye en Su Palabra (que se interpreta en español):

·         {Invocad a vuestro Señor con humildad y en secreto. Ciertamente Él no ama a los transgresores.} [Corán 7:55]

·         {Los agraciamos porque siempre se apresuraban a realizar obras buenas, Nos invocaban con temor y esperanza, y eran sumisos.} [Corán 21:90]

 

 

Él también dice en relación con Su respuesta a la súplica (lo que se interpreta en español): {Y escuchamos su invocación y lo libramos de su angustia. Así salvamos a los creyentes. Y cuando Zacarías rogó a su Señor: ¡Oh, Señor mío! No me dejes solo [sin hijos que puedan seguir transmitiendo Tu Mensaje]. Tú eres Quien verdaderamente puede hacerlo. Y escuchamos su súplica, y le agraciamos con [su hijo] Juan, pues hicimos que su mujer fuera otra vez fértil. Les agraciamos porque siempre se apresuraban a realizar obras buenas, Nos invocaban con temor y esperanza, y eran sumisos.} [Corán 21:88-90]

A los creyentes con corazones atentos y humildes, ojos llorosos y almas suaves, que se levantan en los momentos en que se espera que las súplicas sean respondidas, elevan las manos, miran hacia la Qiblah (la dirección hacia la que se ora), y suplican en estado de Taharah (pureza ritual), alabando a Al-lah, el Todopoderoso, y exaltándolo, e invocando la bendición y la paz de Al-lah sobre el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, se les cumplirán sus súplicas, si Al-lah quiere.

 

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