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La unicidad de la divinidad

La unicidad de la divinidad

¿Existe alguna explicación convincente del secreto de la existencia? La teoría actualmente en boga dice que toda la existencia es accidental y fortuita. En mi opinión, solo quedan dos ideologías en el ámbito de lo probable. Podemos atribuir la vida y el universo al azar y, por tanto, la existencia no tiene sentido. Otra posibilidad es que la vida tenga un significado de tal magnitud que se nos escape en gran medida.
Cuando observamos los movimientos ordenados de las estrellas y los planetas, la regularidad de las estaciones, la uniformidad y el control de la ley de la naturaleza sobre la materia, la energía y la vida, nos damos cuenta de que todo en el universo está entretejido en un solo sistema armonioso.
Cualquiera que observe este gran fenómeno y llegue a la conclusión de que evolucionó por sí mismo o por accidente, debe cuestionar su razonamiento. Incluso un viejo reloj, que tiene un simple mecanismo de poleas, implica que debe haber un relojero.
Albert Einstein, el científico más famoso de los tiempos modernos, dijo: “Todo el que se dedica seriamente a la investigación de la ciencia se convence de que un Espíritu se manifiesta en la Ley del universo, sin concluir que debe haber una intención divina detrás de todo ello. Hablando por mí, solo puedo decir que la grandeza del cosmos sirve para confirmar con certeza mi creencia en el Creador”.
En la frase más citada, dijo acerca del surgimiento del universo por casualidad: “Dios no juega a los dados”.
De hecho, a lo largo de la historia, la humanidad en su conjunto nunca ha negado la existencia de un Creador. Sin embargo, las culturas han malinterpretado su naturaleza y le han asociado una gran cantidad de mitología.
Hay una Fuerza en acción que mantiene todo en orden. En la naturaleza, hay un Creador que ha creado los paisajes más encantadores. Los creyentes reconocen a este Creador y lo llaman Al-lah o Dios. No es un humano, porque ningún ser humano puede crear a otro humano. No es un animal, ni una planta. No es un ídolo ni una estatua, porque estas cosas no pueden crearse a sí mismas ni crear otra cosa. Tampoco es el sol o la luna o una máquina o una estrella, sino que es el Hacedor y Guardián de todo. El Creador de cualquier cosa es más grande que la cosa que ha creado. Cuanto más compleja es una cosa, más complejo es su Creador.
El Sagrado Corán dice: {Pregúntales [¡oh, Muhammad! a los idólatras]: "¿Quién es el Señor de los cielos y de la Tierra?". Y diles: "Él es Dios". Pregúntales: "¿Es que toman en vez de Él [ídolos como] protectores que no pueden beneficiarse ni perjudicarse ni siquiera a sí mismos?". Y también: "¿Acaso se pueden equiparar el ciego y el vidente? ¿O las tinieblas y la luz? ¿O es que aquello que Le asocian a Dios ha creado algo como lo hace Dios, por lo que se confundieron y creyeron que debían adorarlo?". Diles: "Dios es Quien ha creado todas las cosas. Él es el Único, el que tiene dominio absoluto sobre todas las cosas"} [Corán 13:16].
¿Cuál es la verdadera naturaleza del Creador? Ciertamente no puede ser como las cosas creadas, pues entonces sería limitado y corruptible como ellas. Solo un Ser que posee el conocimiento, el poder y la autoridad absolutos y es eternamente viviente, puede dar vida y mantener la vida, y ser el Creador del universo y sus criaturas.
La pregunta que surge ahora es: “¿Podría haber más de un Creador Absoluto?”. Si, por ejemplo, hubiera dos creadores y estuvieran en desacuerdo sobre la creación de algo, entonces, uno tendría que vencer al otro, en cuyo caso el derrotado no habría sido absolutamente poderoso. O bien se neutralizarían mutuamente, en cuyo caso, ambos habrían tenido un poder limitado. Incluso si asumimos que ambos estaban de acuerdo en todo, todavía no podrían ser absolutamente poderosos, porque la acción de uno dependería entonces de la condición de que el otro no interfiriera.
Una vez más, el Corán nos dice: {A Él pertenece la soberanía de los cielos y de la Tierra. Él no ha tenido ningún hijo, y no comparte Su soberanía con nadie, creó todos los elementos de la creación y facultó plenamente a cada uno de ellos para cumplir su función. Pero [los que se niegan a creer] adoran en vez de Dios a ídolos que no pueden crear nada, pues ellos mismos han sido creados, ni siquiera tienen el poder de apartar de sí mismos un perjuicio ni de atraer hacia sí mismos un beneficio. Tampoco tienen poder sobre la muerte, la vida ni la resurrección} [Corán 252-3].
La unicidad de Al-lah es el fundamento de la creencia. El Islam se basa en el Tawhid: “La ilaha il-la Al-lah” (no hay nadie merecedor de adoración excepto Al-lah, nadie merece la alabanza, no hay ninguna divinidad excepto Él). A lo largo del Corán, el lema se repite una y otra vez: La ilaha il-la Al-lah, la ilaha il-la Huwa, Al-lahu la ilaha il-la Huwa, Al-lahu ahad... lo que significa que Al-lah es Uno, es Único.
Asociar copartícipes a Al-lah es el pecado más grande que Él no perdona, pero puede perdonar todos los demás pecados. El Corán reitera, no una sino dos veces en el mismo capítulo: {Dios no perdona la idolatría, pero fuera de ello perdona a quien Le place. Quien asocie algo a Dios comete un pecado gravísimo} [Corán 4:48].
{Dios no perdona la idolatría, pero perdona, fuera de ello, a quien Le place. Quien atribuya actos de adoración a otros además de Dios se habrá desviado profundamente [del camino de los Profetas]} [Corán 4:116]. 

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