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Prevención del tabaquismo infantil

Prevención del tabaquismo infantil

 

Una de las más recientes encuestas realizadas en Egipto arrojó unos índices alarmantes sobre el tabaquismo en la juventud, el 20% de los niños y adolescentes de 10 a 16 años fuman. Frente a estos resultados surgen una serie de cuestionamientos: ¿qué es lo que lleva a que una persona fume desde una edad tan temprana? ¿De qué manera afectará sus vidas a corto y largo plazo? ¿Cómo protegemos a nuestros hijos para que no sean presas de este vicio?
A estas preguntas, que seguramente desvelan a muchos padres, responde el Dr. Ilhami ‘Abd Al ‘Aziz, director del departamento de educación infantil, en el instituto de estudios superiores sobre la niñez de la universidad ‘Ain Shams, diciéndonos: “Estudios realizados en psicología y sociología enumeraron una serie de causas que llevan a un niño a fumar; dentro de estas, tenemos:
1.      Imitar a sus amigos.
2.      Llamar la atención del género opuesto.
3.      Seguir un mal ejemplo visto en el hogar.
4.      Querer imponer su personalidad.
5.      El deseo de descubrir y probar nuevas experiencias.
6.      Malos entendimientos de lo que significa fumar, pues para muchos tener un cigarrillo en la mano es sinónimo de modernidad y elegancia, sin mencionar que algunos piensan que fumar ayuda a fomentar la concentración y tenacidad.
Todo lo anterior hace que no tomen en cuenta los peligros que representa el tabaco para su organismo y la salud de los demás, pues está demostrado que cuando una persona inicia a fumar a los 10 años y continúa con este vicio por un periodo largo de su vida, sufrirá graves enfermedades respiratorias y corre el riesgo de contraer cáncer de pulmón, enfermedades cardiacas y hasta derrame cerebral”.
Añade el doctor Ilhami: “La nicotina afecta al sistema nervioso; inicialmente la concentración se incrementa, pero con el tiempo comienza a disminuir y aparecen desórdenes en la memoria y en el sueño. Lo más peligroso es que muchos de los adolescentes acostumbran fumar hasta la colilla, y esta parte contiene una cantidad de veneno mayor a la de todo el cigarrillo. Los desórdenes causados por el tabaco no solo tienen que ver con lo físico, el comportamiento también es afectado; por ello, vemos que los adolecentes fumadores, por lo general, están preocupados, su rendimiento escolar disminuye y la relación con sus padres se complica. Por otra parte, fumar provoca envejecimiento precoz”.
¿Cómo hacemos para que nuestros hijos no caigan en este vicio?
El Dr. Ilhami menciona que el papel de los padres es fundamental en la prevención del tabaquismo, deben estar atentos al comportamiento de sus hijos, no ser complacientes con ellos en todo lo que les piden, y tratar al máximo de darles el dinero que necesitan únicamente para sus gastos mínimos. También, es importantísimo que los problemas familiares sean solucionados de manera adecuada, porque los conflictos que alteran el orden familiar son considerados como una de las causas que arrastran a los niños y jóvenes a caer en las garras del cigarrillo. El padre y la madre deben vigilar el comportamiento de sus hijos indirectamente y sin que lo sientan; así mismo, deben abrir espacios de comunicación con ellos y hacerles saber y sentir que se preocupan por ellos.
La escuela también tiene su rol en la prevención de este problema; por esta razón, tanto la familia como los docentes deben aunar esfuerzos conjuntos para prevenir, afrontar y erradicar este problema que está afectando a tantos jóvenes hoy en día.
Por otra parte, el Dr. ‘Ali Shushan, psicólogo, añade a las causas antes mencionadas que la mayor parte de los casos de niños y adolecentes fumadores tienen un familiar cercano, un maestro o alguna persona que se supone debe ser un modelo a seguir o incluso un ídolo, que fume, pues la conducta del niño lo lleva siempre a imitar el comportamiento de sus mayores.
El tiempo libre que no es ocupado con actividades como juegos, deportes, estudio, memorización del Corán, etc., proporciona la oportunidad para que caigan en el vicio. Además, la familia debe enseñarle al niño que no todo lo que vea en los demás debe imitarlo, y ayudarlo a comprender y diferenciar lo bueno de lo malo. Los padres deben ser conscientes de que fuera de la casa sus hijos estarán expuestos a muchos peligros, así que deben prepararlos para que sepan cómo afrontarlos y salir victoriosos. Debe prevenírseles de todos los peligros a los que están expuestos, y que no todas las personas a las que consideran como un modelo a seguir hacen lo correcto, porque también se pueden equivocar; y que cuando vean en alguno de ellos un comportamiento inadecuado, no hay que copiarlo. De la misma manera, es importante aclararles los daños que les puede hacer el cigarrillo a su salud física, mental y espiritual.

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